Un rostro de AKULNARTE

PERFIL DE VIDA

Nacida y criada en la comuna de Lo Prado, Valentina Orrego (31), se crió en una familia compuesta por su abuela materna, su madre y su hermana menor. Mientras que su padre se encontraba lejos de casa durante su niñez, trabajando en la Empresa de Ferrocarriles del Estado, lo que lo hacía viajar constantemente. “Mi padre nunca estuvo presente de una forma física, pero siempre que volvía era como ese rayo de luz que tu ves y te da fuerzas para continuar, claro era una niña chica, y es como ese sentimiento de cuando sabes que vas a ver algo poco tiempo y lo tienes que aprovechar, eso también creó un lazo cercano, ya que no llegaba a criarme, solo a mimarme”.

Por otro lado, su madre cumplió la función de cuidarla y trabajar, mientras que su abuela fue quien le inculcó el amor por el trabajo comunitario y la ayuda a la comunidad. “Desde pequeña estuve participando activamente en la iglesia evangélica, en lo que se llamaba ´colonias´, es algo parecido a lo que nosotros hacemos, pero con un enfoque religioso. Nosotros tenemos un enfoque cultural”. Las colonias evangélicas están compuestas por voluntarios de la iglesia, pero con un factor especial, son personas de barrios altos que vienen hacer trabajo comunitario hacia las comunas más pobres, en este caso, la Villa Manuel Rodriguez de la comuna de Lo Prado.

“Nosotros nos basamos en las ´colonias´, es obvio, nos criamos bajo esa tutela, pero nos fuimos distanciando con el paso del tiempo, especialmente en dos factores. Por un lado, el enfoque religioso no estaba haciendo sentido a parte de las niñeces, sobretodo en el aspecto de su sexualidad ¿Como vamos a tener cercanía entre niñeces que están descubriendo su sexualidad, y con ello, diferenciándose en su identidad sexual, con una iglesia que no los entendía ni comprendía? Por otro lado, vimos que las niñeces prestaban mayor atención, y con ello, adquirían con mayor facilidad los valores que queríamos transmitir; el respeto, la tolerancia y el amor, desde otro tipo de actividades, en este caso, aquellas relacionadas con la cultura, como lo es el maquillaje, el baile, teatro, batucadas, juegos deportivos, etc”.

Ante esto, Valentina junto con otros jóvenes, decidió hacer algo parecido a la iglesia, pero con estos dos enfoques diferentes, además de que las personas que iban a participar, eran jóvenes de la misma población, y no personas de sectores acomodados. Decidieron crear una escuela de artes populares, y en ello nació AKULNARTE, una palabra mapuche que significa desde las artes.

La creación de AKULNARTE no sólo revolucionaría su vida, sino que “es una forma de sanar mi niña interior”. Valentina es Trabajadora Social de profesión, donde trabajó 3 años en el SENAME y 2 años en la escuela Pedro Prado de la comuna de Lo Prado, sin embargo, renunció para ir a vivir al campo con su padre y poder iniciar nuevamente AKULNARTE. “No me crié en un ambiente bonito, bueno, es la realidad de todas las personas de comunas vulnerables como la nuestra. Vemos drogas, asesinatos, violencia intrafamiliar constantemente, hasta un punto en que lo normalizamos, pero cuando podemos salir de estos círculos, vemos que hay otros tipos de vida. Si bien siempre estuve consciente, por mi abuela que me insertó desde los 8 años como voluntaria en las colonias, sobre lo mal de nuestro entorno, esto lo normalizamos. Sin embargo, con este tipo de organización en ayuda de niñeces y mi trabajo en el SENAME, donde me tocó ver de todo, he podido entender mi niña interior, y ayudar a las infancias es una forma de sanar mi niña interior”.

“Mi vida está marcada por mi abuela, mi padre y mi madre”. Su madre cumple un factor importante, sin ella no hubiera podido desarrollarse como persona, es quien sostiene la casa y quien la crió, “cuando grande una valora esas cosas, que tu padre aparezca en momentos y te de solo felicidades es lógico, pero quien te cría, te enseña, te da de comer, te da sueños y metas, quien te reta, castiga, es quien te educa y te hace crecer como persona. Ella me apoya todos los días, y es fundamental. Me crié con lideresas mujeres y eso también me creo un carácter diferente, donde eres más comprensiva y sensible, pero al mismo tiempo, más carácter en defender tus ideales”

En esta rearticulación de AKULNARTE, con nuevos integrantes y socios, se busca contemplar las necesidades actuales de estas generaciones, y donde se busca retomar algo perdido en esta sociedad, el educar desde la cultura.

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